La península croata de Istria guarda muchos bellísimos rincones naturales dignos de visitar, si bien a menudo pasan desapercibidos frente a los grandes destinos de sol y playa europeos tradicionales o frente a las grandes ciudades europeas.
Uno de esos lugares que tienes que visitar una vez en la vida es Pula, una ciudad que te ofrece magníficas playas bastante distintas a las que estarás acostumbrado a ver, pues las aguas cristalinas color turquesa bañan suavemente la orilla de la playa. Eso sí, ve preparando la tumbona o una colchoneta, ¡porque la mayoría de ellas son de piedras!
El paisaje es espectacular, pues a pesar de no ser la típica playa de arena fina, las pequeñas rocas blancas que invaden la mayoría de sus playas están rodeadas por un entorno natural de árboles y verdes matorrales que dan un aspecto de lo más apacible a la costa.
Banjole es una buena zona de playa para alojarte, pues frente a ella encontrarás una gran oferta de ocio que cuenta con restaurantes, bares, chiringuitos y mucho más. También son bonitas las playas de Hawaii Beach, la de Kolumbarica, la playa de Valkana o la de Debeljak, una playa de arena.
La tranquilidad y el cálido clima de la zona te permitirán pasar unos maravillosos días de descanso en una ciudad especial, que además de la maravillosa costa te ofrece un entorno con historia en el que podrás visitar numerosos lugares de interés cultural como la plaza del Forum, el Templo de Augusto o el Templo de Diana. De hecho, esta codiciada ciudad que ahora pertenece a Croacia lo hizo anteriormente a romanos, eslavos, germanos o venecianos, entre otros pueblos.
Si visitas este maravilloso litoral del Mar Adriático no lo olvides: colchoneta, gafas de buceo, zapatillas adecuadas para poder meterte tranquilamente en el agua, ¡y a disfrutar!