Aunque no siempre estamos del todo de acuerdo lo cierto es que en esta ocasión podemos decir que creemos en eso de que ‘una imagen vale más que mil palabras’, y es que con solo echar un vistazo a la imagen superior puedes imaginar lo que te espera en la playa de White Island, en las Filipinas.
La playa es ni más ni menos que un paraíso divino en la Tierra, un regalo de la naturaleza que dejará en tu mente una imagen inolvidable y una increíble sensación de paz en tu corazón.
White Island es sin duda encantadora en muchos sentidos, pero son especialmente sus clarísimas aguas color turquesa (del Mar de Bohol) bañando la curiosa orilla de la playa lo que más llama la atención… O puede que sea su finísima arena blanca, el paisaje que se extiende a su alrededor o las increíbles vistas de los imponentes montes Hibok Hibok y el Vulcan.
Pero hablar de White Island no es solo hablar de tesoros que entran por la vista sino también de sensaciones, de una experiencia de aquellas que dejan huella en nosotros para siempre: Si todavía no lo entiendes tranquilo, porque lo harás en cuanto tu bote se esté acercando a la orilla, cuando te tumbes a dejarte acariciar tranquilamente por la brisa marina o cuando te des un baño en unas aguas naturales tan claras como las de cualquier piscina.
La playa se encuentra en una isla volcánica en la costa norte de Mindanao, donde podrás llegar en avión desde Manila para disfrutar de unas de las puestas de sol más bellas del mundo entero. Además, cerca de la zona de la playa también encontrarás otras espectaculares bahías, manantiales de agua caliente y hasta un manantial del que emana agua carbonatada natural.