Tal y como su propio nombre indica, en esta curiosa playa californiana lo más sorprendente son las grandes piedras que se depositan sobre la arena. Son todas de un tamaño y aspecto muy parecido, y realmente parecen bolas de bolera. Visitarla es toda una experiencia.
La playa de las “bolas de bolera” está en el condado de Mendocino y resulta muy llamativa, no sólo por esas piedras tan regulares y extrañas, sino también por su arena de un color pardusco, casi verde, y por sus mareas vaporosas.
Una playa misteriosa y enigmática
Cuando pensamos en California como destino de vacaciones, la mente se nos va a largas playas soleadas, de arena fina y dorada, repletas de palmeras y con un mar azul intenso perfecto para practicar surf. Sin embargo, otra California es posible, la de los extraños fenómenos costeros como éste del que os quiero hablar hoy.
Se trata de una playa rara y curiosa donde las haya; quizá por ese motivo son tantos los visitantes que recibe. Algunos practican surf o pescan y otros simplemente vienen a contemplar la puesta de sol en un entorno tan enigmático.
Única en el planeta
La playa se localiza al norte de la costa californiana, a unos 30 kilómetros al sur de Mendocino y Point Arena. Cuando la marea está baja, se divisan con claridad una multitud de cantos rodados de gran tamaño, sorprendentes por lo iguales que son unos a otros, y también que están colocados a la misma distancia, como si alguien los hubiese puesto así intencionadamente.
Una playa diferente a todas las demás, que ha reclamado la atención de una gran cantidad de fotógrafos que acuden allí para fotografiarla, ya que no existe una playa igual o parecida en ningún rincón del planeta. Sus características naturales la hacen única.
Me parece una playa preciosa, y desde luego muy original, aunque con todas esas piedras seguro que me tropezaría más de una vez. De todas formas, creo que con tal de estar en un playa californiana me daría igual el tropezarme jeje