No darás crédito a lo que ven tus ojos. Y es que si vas a Simons Town, en Sudáfrica, estarás preparado para ver leones, elefantes o hienas, ¡pero seguramente lo último que creerás encontrar son pingüinos!
La playa de Boulders (cantos rodados) es la protagonista de este lugar casi surrealista ubicado en el Parque Nacional de la Península del Cabo. En ella poco espacio hay para los bañistas, pues éstos deberían compartir su espacio con los casi 3000 pingüinos que se calcula que hay en la zona.
Un espectáculo poco habitual
Es un lugar único, en el que los visitantes pueden observar a esta curiosa especie en su hábitat natural (aunque no sea rodeados de hielo, como solemos estar acostumbrados) gracias a los boardwalks que se han construido a su alrededor para el paso humano.
El mejor momento para acercarse durante el día es durante las primeras horas de la tarde, cuando los podremos ver nadar, volver de sus expediciones y buscar sus respectivos lugares de reposo.
Incluso en agosto y diciembre tendremos la oportunidad de avistar a las ballenas desde la costa.
A pesar del increíble espectáculo que supone visitar la playa de Boulders, no podrás evitar sentir algo de celos de la suerte de estos. Cuando estés allí, sin duda creerás que es una lástima que estos pequeños animales hayan monopolizado la zona, pues sería un lugar idílico para pasar unas buenas vacaciones de relax: temperaturas cálidas, arena blanca y fina y preciosas aguas transparentes salpicadas aquí y allá por grandes rocas de contornos redondos.
Deberás conformarte con darte un baño en las bahías sudafricanas de Clifton y Camps -no menos encantadoras, dicho sea de paso-, pues como ves Boulders está más que reservado. Vete haciendo a la idea de que, con ganas o sin, ¡no volverás al hotel con un baño en esta playa!