Mallorca es la mayor de las Islas Baleares, uno de los destinos de sol y playa preferidos no solamente por los españoles sino también por un gran número de turistas internacionales.
Aunque la isla cuenta con muchísimas playas de excelente calidad, lo cierto es que la playa de S’Amarador, en el municipio de Santanyí, se lleva la palma.
Fina arena blanca, poco desnivel, aguas cristalinas color turquesa, un entorno natural muy mediterráneo repleto de pinos y cardos… Los apenas 150 metros de que dispone la calita de S’Amarador suponen el destino ideal para aquellas personas en busca de un poco de paz y tranquilidad sin renunciar a la cercanía con los principales centros turísticos de la ciudad.
Situada a seis kilómetros de S’Alqueria Blanca, ésta es una de las dos hermosas playas que componen la popular Cala Mondragó, que también cuenta con la preciosa Cala de ses Fonts de n’Alís.
En comparación, lo cierto es que esta playa virgen se encuentra muchísimo menos concurrida que esta última posiblemente a causa de los pocos servicios de ocio, equipamientos y seguridad que por el momento pueden encontrarse en sus alrededores.
De hecho, aunque llegar en tren a Ses Fonts de n’Alís es fácil desde Cala d’Or, lo cierto es que la única posibilidad de acceder a S’Amarador pasa por llevar coche (tiene zona de estacionamiento gratuita) o en caminar unos 400 metros a orillas del mar.
Sin embargo, la paradisíaca belleza de esta playa hacen que el trayecto y la caminata merezca la pena, ¡no es casualidad que haya sido considerada como la mejor de España y de toda Europa!
Además, para cuando te canses de tanta playa puedes visitar el precioso entorno de Cala Mondragó (de la que forma parte), que fue declarado Parque Natural en 1992 (785 hectáreas) por el Parlament de les Illes Balears y Área Natural de Especial Interés para las Aves en 1995.