Binibeca, un lugar que no te puedes perder en Menorca


Binibeca (también conocido como Binibèquer) es un lugar idílico para pasar un par de días de desconexión en la isla menorquina de las Baleares, y es que tanto el increíble paisaje natural como el urbano hacen a esta playa un lugar difícil de olvidar.

Esta playa de 150 metros de longitud y 105 metros de ancho (aproximadamente) es el resultado de un entrante de mar ancho que crea entorno a la playa una preciosa herradura de arena blanca salpicada en las cercanías por preciosa vegetación y pinos, una imagen casi típica de las playas menorquinas. Alrededor de ésta, además, se encuentran pequeños roquedales de baja altura que no se dejan intimidar por el mar y te dejan un lugar perfecto para contemplar el horizonte olvidándote del resto del mundo.

A pesar del increíble entorno natural de esta playa del municipio de Sant Lluís, no elegiría a Binibeca como una de las mejores playas de Menorca si no fuera por su entorno urbano, un pintoresco pueblo de típicas casitas y edificaciones blanquísimas de baja altura (no más de dos plantas) entre cuyos callejones podrás pasear y realizar largas sesiones fotográficas.


Si entre una cosa y otra te entra el hambre, podrás encontrar numerosos bares y restaurantes entre las calles del pueblecito, así como algunas tiendas o supermercados.

Con tal espectáculo te aseguro que no sentirás remordimientos por tumbarte durante horas a ser acariciado por la suave brisa mediterránea sobre la fina arena, por perderte en sus cristalinas aguas, por degustar la mejor gastronomía de la zona en los restaurantes cercanos a la playa o por tomar una cerveza bien fresquita en el chiringuito sin tener nada más que hacer que disfrutar de tu preciado tiempo libre.

Por suerte, la playa no está excesivamente masificada ni siquiera en los meses de verano, que por otra parte es la mejor época del año para ir. Si quieres movimiento tranquilo, porque en una isla de las dimensiones de Menorca no te tomará demasiado tiempo plantarte en otros lugares más bulliciosos como Mahón, que se encuentra a tan sólo ocho kilómetros de aquí.

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