Es una playa al más puro estilo mediterráneo. Con unas aguas que no envidian a las de las playas paradisíacas del Caribe y un entorno natural inigualable, la playa de Cala Llevadó es un pequeño regalo de la naturaleza del que podemos disfrutar si vamos a Tossa de Mar, en Gerona (Cataluña).
Cala Llevadó tiene 65 metros de longitud y 35 metros de anchura, que son orgullosamente rodeados por la densa vegetación típica de la costa mediterránea: enormes montañas de pinos y alcornoques que llegan hasta el mar y lo enmarcan en pequeñas calas como ésta.
Como la mayoría de las playas de la Costa Brava, esta pequeña cala puede presumir de unas cuidadísimas aguas cristalinas de color turquesa y de una suave arena dorada sobre la que da gusto tumbarse en verano.
La zona en la que se encuentra Cala Llevadó ha sido tradicionalmente pesquera, por lo que podrás encontrar en el entorno que la rodea pequeñas embarcaciones de pescadores salpicadas por aquí y allá y coquetas casas tras los pinos que no siguen patrón alguno, cosa que le otorga todavía un encanto mayor.
A pesar de no ser un lugar demasiado grande, el nivel de ocupación de esta playa suele ser alto en la temporada estival, cuando miles de turistas españoles y extranjeros se hospedan en los hoteles y campings de la zona para disfrutar del siempre agradable clima de la Costa Brava catalana y del familiar ambiente de pequeños pueblos como éste.
Si tienes tiempo, te recomendamos visitar otras playas de Tossa de Mar como Cala Pola, Cala Giverola, la Cala de Sa Futadera o la de El Codolar, por ejemplo.