¿Con ganas de veranear en la Costa Brava? ¡Normal! Es uno de los lugares más bonitos de Europa, y eso tal vez explica por qué cada año recibe cientos de miles de turistas procedentes de países como Francia, Inglaterra, Alemania o Rusia.
Uno de sus principales encantos, cómo no, son las playas y las calas que nos invitan a disfrutar del buen tiempo y la naturaleza de esta zona del noreste de Cataluña. Para ello, no hay nada como plantarse la posibilidad de llevar a cabo el alquiler de un catamarán por la Costa Brava o de un barco con el que navegar en familia.
Cala Jugadora
Algo tiene de especial esta cala tan escondida para que dos genios de la talla de Salvador Dalí y Josep Pla se fijaran en ella. Eso sí, para llegar a contemplar la belleza del paisaje hay que descender por un arroyo durante unos 30 minutos, muy cerca del faro de Cap de Creus. Eso si vas andando, porque también tienes la posibilidad de ir en barco y disfrutar de la naturaleza desde sus aguas cristalinas.
Cala Estreta
Es una cala a la que acude muy poca gente por lo complicado que es llegar hasta ella. En verano no se puede llegar hasta allí en coche o en moto, motivo por el cual los interesados tienen que caminar durante 45 minutos hasta llegar a la orilla. Eso si no decides ir en barco, claro, ya que con una embarcación puedes llegar fácilmente bordeando la costa. Es, como muchas otras calas de la Costa Brava, una cala donde se practica nudismo.
Cala Morisca
No podía faltar en este recopilatorio Cala Morisca. Para llegar allí hay que partir desde la urbanización de Cala Canyelles, en Lloret, caminando por el GR-92. Hay escaleras y túneles que conectan con la bahía, y esto es algo que se explica remontándonos al siglo XX, cuando traficante y contrabandista corso Jean Antoine Canavaggio utilizaba este enclave idílico para mover la mercancía. A día de hoy no es más que una historia real que puedes imaginar tumbado en la orilla respirando tranquilidad.