En primera persona os puedo hablar de la playa de Es Trenc, una de las mejores playas nudistas de Mallorca, aunque también es verdad que podemos encontrarnos gente que va con bikini y bañador, es algo normal. Está situada en un lugar privilegiado y es por ello que ha sido declarada área protegida. Por suerte, ha podido burlar la masificación turística y sigue destacando por su especial encanto, muy influenciado por sus aguas cristalinas y la arena fina y blanca que la preside.
En total cuenta con poco más de cuatro kilómetros de costa que dan cabida a más de 170 especies de aves que parecen pasar por allí continuamente para apreciar su belleza. Su nombre, de origen catalán, significa grieta o ruptura, y está más que justificado por los dos manantiales subterráneos que se encontraron con distintas temperaturas en 1827, año en el que se adoptó el nombre con el que la conoce todo el mundo.
Su suave pendiente y sus aguas transparentes (de las más transparentes que he visto en mi vida) hacen que sea irresistible para todo el mundo. El nudismo se traslada de la arena al agua mientras algunos disfrutan de alguna bebida refrescante en los concurridos chiringuitos que hay por alrededor. Sombrillas, hamacas… no le falta de nada. Sólo tienes que llevar colchonetas, palas para jugar a tenis y ganas, que seguro que te sobran al llegar allí.
Aparcar no es tarea fácil, sobre todo cerca de la playa. Si no tienes suerte, que es lo más probable en épocas tan concurridas como julio y agosto, tendrás que andar a la fuerza. Eso sí, tampoco te será un castigo excesivo teniendo en cuenta que la vegetación que la rodea es única, motivo por el cual es un espacio natural protegido por la Ley de Espacios Naturales de la Comunidad Autónoma de les Illes Balears.