Lanzarote dispone de maravillosas playas que sin duda sería un completo error no visitar. Ya vimos algunas como la playa de Las Conchas o la de El Papagayo, y hoy toca el turno de la que se ha consolidado como uno de los principales enclaves turísticos de la isla: Playa Blanca.
A pesar de su nombre, la playa dispone en realidad de una suavísima arena de un dorado oscuro bañada por unas claras aguas color celeste que constituyen uno de los grandes reclamos de la zona.
Miles de personas llegan cada año a la isla de Gran Canaria para disfrutar del sol, de la playa, del increíble clima de la zona así como por su enorme oferta de ocio y servicios para el turismo vacacional.
Y si existe una representación de todo esto en la isla, esa es la playa de Maspalomas, donde encontrarás un maravilloso ambiente familiar durante el día pero también una ajetreada vida nocturna los 7 días de la semana (especialmente en verano).
Aunque las Canarias son popularmente conocidas por su característica arena oscurecida, las islas esconden otros idílicos paisajes que a menudo pocos podemos imaginar.
Como las mejores playas de arena blanca y fina de las Baleares, las Dunas del Corralejo (en Fuerteventura) ofrece un increíble litoral de más de 8.000 metros de longitud en los que podrás disfrutar de unas divertidas y tradicionales vacaciones de sol y playa: tostándote bajo el sol, disfrutando de la suave brisa marina, jugando con tus pequeños sobre la suave arena de la playa o practicando deportes terrestres o acuáticos, ¡tú eliges!
Arena negra, arena dorada, áridas, con vegetación… Lanzarote ofrece una enorme variedad de paisajes de playa muy distintos entre ellos pero cada una de ellas con un encanto particular.
La playa de Papagayo, cercana a Playa Blanca, es unas de estas playas que merece la pena visitar aunque sea una vez en la vida, caracterizada por el fuerte contraste de roquedos negros de origen volcánico bordean la playa alzándose sobre una clarísima arena dorada quemada por el sol.
En los meses de más frío de año a todos nos gusta hacer alguna escapadita para disfrutar de un clima distinto, de temperaturas cálidas que nos hagan olvidar las gélidos días del invierno. Si eres de los pocos afortunados que pueden disfrutar de unos días libres en esta época, coge alguna de estas ideas ¡y sé la envidia de todos los que te rodean disfrutando de la playa en diciembre, enero o febrero!
Los que vivimos en España tenemos la suerte de tener bien cerquita las Islas Canarias, que permiten disfrutar del sol casi todo el año. En dos o tres horas podrás disfrutar de magníficas playas de Gran Canaria como la de Amadores o playa Melenara, la de los Cristianos o Las Vistas en Tenerife o las preciosas costas de arena fina de Playa Blanca, Playa Graciosa o Puerto del Carmen en Lanzarote.
Una de las playas más coquetas de la zona es la playa de La Fajana, un litoral que contrasta a la perfección la tradicional playa arena negra con la belleza de una naturaleza verde y a la vez árida, algo a lo que por otra parte ya nos tienen acostumbrados muchas playas de las Islas Canarias.
Se trata de una playa rústica en la que podremos tumbarnos sobre una arena de grosor intermedio (ni demasiado fina, ni tampoco de piedrecitas), tomar un baño en las limpias y cristalinas aguas del atlántico o simplemente pasear tranquilamente por la zona. La Fajana no suele estar demasiado ocupada, por lo que es un lugar perfecto si quieres pasar unos días de vacaciones con algo de intimidad.
Seguramente te será difícil acceder a ella, pues no se encuentra a primera vista y no tiene un camino fácil precisamente. La playa de las Gaviotas es una playa aislada al noreste de la isla de Tenerife, cerca de la capital, a la cual sólo se puede llegar en coche o con un viajecito en la ‘guagua’ (así es como se llama en las islas a los autobuses) que te dejará a un kilómetro de la playa.
Lo primero que te sorprenderá de esta playa es su arena, de un color oscuro que hace que a menudo se conozca a las de este tipo como playas de ‘arena negra’. Si eres de la península tampoco encontrarás habitual la extraña falta de vegetación de la zona, en la que se aprecia un entorno seco y árido te costará encontrar algún brote verde.
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