En Conil de la Frontera se encuentra uno de los rincones más bonitos de la provincia de Cádiz. Se llama Cala del Aceite y está junto a un faro, en el puerto pesquero de la localidad andaluza.
Mide 300 metros de longitud por 25 metros de ancho, lo suficiente como para convertirse en una playa semiurbana que suele llenarse en los meses de verano. No tiene paseo marítimo, sus aguas son cristalinas y su arena es fina y dorada. Está a unos 4 kilómetros del centro.
El viento no es un problema
Es recomendable visitarla en familia porque el oleaje suele respetar a los bañistas. Unos acantilados se encargan de resguardarla del viento, motivo por el cual suele ser muy agradable pasar un día entero allí. No hay que olvidar que en Cádiz las playas suelen verse sacudidas por el viento.
Tiene forma de media luna y está orientada al suroeste. Es probable que cuando vayas te la encuentres llena de algas, así que tenlo en cuenta para no llevarte un chasco. Lo que sí juega a su favor (o tal vez no) es que no hay ni una sola sombra, así que se puede aprovechar cualquier rincón para tomar el sol.
Acceso
A ella se puede acceder a través de unas escaleras o una rampa. Antes de eso, puedes dejar el coche en un aparcamiento que está protegido por un pinar, que se encarga de tapar los rayos del sol dependiendo del hueco que seas capaz de encontrar. Ofrece entre 50 y 100 plazas.
Chiringuito y otros servicios
También hay un chiringuito que no tiene muy buena prensa por lo que he podido leer en algunos foros. Dicen que es caro y que no se come demasiado bien, algo que tendré que comprobar en primera persona la próxima vez que vaya.
En esta bonita cala hay duchas, baños y papeleras para que se mantenga tan limpia como al empezar el día.
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