Durante el verano la playa se convierte en uno de los lugares de mayor diversión para los niños, aunque también alberga diferentes peligros. De hecho, más de 6.400 menores de 14 años sufren cada año un accidente en alguna de las playas del litoral.
Las lesiones más habituales suelen estar relacionadas con las insolaciones (el 25%), aunque se producen otras por envenenamiento o intoxicación, lesiones en tendones o músculos, cortes, deshidratación, golpes de calor y ahogamientos inesperados. Por eso, a la hora de escoger la playa adecuada para disfrutar con tus hijos del sol y el calor del verano, lo mejor es que tengas en cuenta una serie de recomendaciones, teniendo como primer referente las que han obtenido la Bandera Azul que cada año otorga la Fundación Europea de la Educación Ambiental.
Acceso
Además de tener en cuenta que la playa en cuestión haya obtenido la Bandera Azul, es importante observar si ésta tiene otros requisitos. Por ejemplo, es preferible que el acceso sea fácil y transitable con niños de corta edad e, incluso, sea apto para circular con el carrito del bebé.
Evitar peligros
Por otro lado, es importante que las aguas estén tranquilas, con poco oleaje y poca profundidad. Además, la playa debe cumplir con las condiciones higiénicas necesarias para evitar posibles cortes o lesiones. Por supuesto, es esencial que esté vigilada en todo momento por socorristas.
Para evitar problemas, los padres deberán procurar que los niños respeten las zonas reservadas para la práctica de deportes náuticos, evitar el baño en las zonas de rocas y utilizar los servicios de prevención de niños perdidos que ofrecen algunas zonas de baño, como las pulseras identificativas.
Consultar Internet
Antes de salir de casa, lo más recomendable es verificar a través de Internet el estado en el que está la playa y comprobar que las condiciones del día sean adecuadas para la excursión con los niños.