Santa Marina, una playa señorial


Durante el próximo fin de semana, a partir del viernes tendrá lugar en Asturias un acontecimiento de fama internacional: el Descenso del Sella. Pero la villa de Ribadesella no solo presume de este evento como atractivo turístico, sino que la preciosa localidad tiene además cuenta una de las playas más bellas del Cantábrico.

Muy amplia, bordeada por un paseo marítimo plagado de casas señoriales y de aguas transparentes, la Playa de Santa Marina (que tal es su nombre) es un lugar que ningún “playero” o “playera” de pro debe dejar de visitar.

Chalets aristocráticos


El río Sella, protagonista de la famosa prueba deportiva de la que antes os hablaba, desemboca en esta playa creando un estuario de gran belleza e interés natural. La Playa de Santa Marina tiene una historia muy relacionada con la aristocracia: hasta el siglo XIX, como muchos otros arenales la playa era solo apreciada por los pescadores. Pero con el auge del turismo de costa, poco a poco fue creándose a su alrededor un pueblo señorial en cuyos fantásticos chalets a pie de playa pasaban el verano muchas familias de la aristocracia. La apertura del balneario en el año 1910 supuso el boom vacacional definitivo de Ribadesella.

Camino de Santiago


A lo largo de sus 1500 metros de longitud, la playa se extiende entre la villa y el mar, creando un paisaje lleno de belleza. Pero las casas señoriales y la propia playa no son los únicos atractivos de este lugar: al final del paseo marítimo, en el lugar conocido como Punta del Pozu, justo donde se desciende hacia el acantilado se pueden ver huellas de dinosaurios. La Playa de Santa Marina forma parte del Camino de Santiago de la costa, y en su paseo no solo hay casas y chalets antiguos: también hay excelentes terrazas, que durante el verano se llenan de vida. Desde luego, Ribadesella y su playa conforman un rincón perfecto para unas vacaciones inolvidables.

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