La Costa Brava es preciosa. Abrupta y rocosa como pocas, nos permite disfrutar del sabor mediterráneo más original. Lo sabemos por sus playas, que son sencillamente increíbles. ¿Un ejemplo? Playa de Tamariu, que tengo que reconocer que es una de mis favoritas por varias razones.
A continuación te hablaré de este arenal situado en la localidad que lleva el mismo nombre. Está muy cerca de Palafrugell y no es la única playa bonita que hay por la zona, ya que por allí uno también puede disfrutar de Aiguablava o Platja Fonda, dos tesoros naturales que debes visitar si estás de paso por el litoral catalán.
Algo más que pinos
La playa de Tamariu no solo está rodeada de pinos, que es lo más habitual en la Costa Brava. También hay muchos tarajes, que en catalán son tamarius. De ahí que la playa y el municipio se llamen como se llaman.
Aunque la playa no es ni mucho menos virgen, los edificios que están a escasos metros de la orilla no alteran demasiado el paisaje, ya que son las típicas casas blancas que hemos visto en tantos pueblos pesqueros con encanto. Llevan muchos años allí y la verdad es que no estropean la estampa de Playa de Tamariu en absoluto.
Merecida Bandera Azul
Como no podía ser de otra forma teniendo en cuenta la limpieza de sus aguas y las facilidades que ofrece a los bañistas, estamos hablando de una de las 590 playas españolas que en 2018 han recibido la Bandera Azul.
¿Cómo llegar?
Podrás llegar fácilmente desde el centro del municipio y no te costará aparcar, aunque tendrás que hacerlo en un parking de pago o en una plaza de aparcamiento de zona azul. Por otra parte, tampoco tendrás dificultades a la hora de encontrar restaurantes y hoteles en los que disfrutar de la comida típica de la zona y alojarte, así que podríamos decir que es un lugar muy preparado para el turismo.
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