Al suroeste de Ibiza encontramos una de las mejores playas de Ibiza. Cala Tarida, que está a escasa distancia de San José y San Antonio (a unos 10 minutos en coche), es un arenal especialmente recomendable para ir con niños, ya que está muy bien equipada y tiene todos los ingredientes para disfrutar de un día de playa en familia.
Se queda pequeña sin serlo
Su arena fina y blanca te conquista desde el primer minuto, lo mismo que se puede decir de sus aguas de color turquesa. De ahí su popularidad y la dificultad para estirar la toalla cerca de la orilla en las semanas más críticas del año a nivel turístico.
En total son 300 metros de longitud por 50 metros de anchura, que no está nada mal a pesar de que se queden cortos en agosto.
Al recorrerla a pie por la orilla contemplas la belleza de pequeños islotes que tientan a los bañistas más curiosos. El más grande de todos está en la parte derecha y recibe el nombre de Sa Sabata (El Zapato), y en él es muy habitual ver a niños y no tan niños trepándolo para lanzarse al agua bajo su responsabilidad.
Buena oferta gastronómica
A la hora de comer puedes acercarte al restaurante Cas Milà, o bien puedes decantarte por un chiringuito con mucha tradición como Ses Eufabies. Además, también puedes ir al Aisea, donde la música en vivo es bastante habitual.
Dos calas con una ración extra de magia
Si sigues caminando por Cala Tarida para explorar la parte izquierda, lo que te encontrarás es una pequeña cala llamada Es Calonet que está presidida por las casas varadero de los pescadores que todavía resisten. Es un lugar muy tranquilo al que llegarás recorriendo unos 200 metros.
Si caminas hacia la derecha y superas el islote de Sa Sabata, lo que puedes encontrar es toda una joya de difícil acceso, por lo que te recomiendo ir con zapatillas, no con chanclas o descalzo. Hay riesgo de resbalarse antes de llegar a la orilla de Es Pujolets, un lugar virgen del que no te querrás despedir.
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