A pesar de su reducido tamaño, la playa de la Marina Piccola es una de las más valoradas de la preciosa isla de Capri, en Italia.
La Marina Piccola es una encantadora playa enmarcada por enormes acantilados rocosos y un entorno urbano y natural a la vez, donde los edificios blancos se integran con el verde paisaje para hacer del pueblo un lugar entrañable.
Aguas transparentes y arena suave
Una de las cosas que más llama a ir a esta playa es su encanto, y no sólo por su precioso entorno natural de limpias y transparentes aguas y suave arena, sino también por el ambiente de paz y diversión que se respira en ella.
Por eso no es de extrañar que desde los años 50 esta playa comenzara a atraer al turismo de más alto nivel y que todavía hoy día reúna a célebres personajes entre sus visitantes. Para acoger a éstos y a todos los turistas que se interesan por su playa, la Marina Piccola dispone de toda clase de establecimientos hoteleros, desde grandes hoteles de lujo con vistas al mediterráneo hasta hoteles más económicos para familias menos acomodadas; eso, por supuesto, para los que no disponen de un buen yate con el que disfrutar de toda la isla.
En realidad, esta playa está dividida en dos bahías, la Marina di Pennauro a la izquierda y Marina Mulo a la derecha, que quedan divididas por el ‘Scoglio delle Sirene’.
Una costa repleta de sorpresas
Si vas a la isla te recomendamos que aproveches para hacer excursiones para visitar la espectacular línea costera mediterránea de la isla, conocer magníficas playas como la Marina Grande o descubrir nuevas bahías escondidas que solo pueden ser alcanzadas por barcos.
Y, por supuesto, no te pierdas la famosísima Gruta Azul, una cueva de 60 metros de ancho y 25 de ancho, una espectáculo de intensas aguas azules bañadas por los rayos de sol al que, por desgracia, sólo podremos acceder montados en un barco.