Piensa por un momento en la idea que tienes del paraíso y plantéate si no es justamente lo que ves en esta foto. La playa de La Palmilla, en la República Dominicana, es sencillamente increíble.
Cierra los ojos, túmbate sobre la arena en la orilla y permítete disfrutar por un momento de la solitud, del relax, de olvidarte de todo lo demás solamente acompañado por la naturaleza, el sol y el preciadísimo silencio. Deja que por una vez una playa te deje sin palabras y tómate tu tiempo para asimilar la belleza que tienes el privilegio de ver con tus propios ojos, pues después ya te sobrarán las palabras para intentar explicar a los demás no sólo esta playa, sino también esta experiencia.
Este idílico entorno de aguas turquesas de coral e increíble arena está rodeado por una selva tropical que lo hace todavía más espectacular, salvaje e irresistible; querrás sentirte como un náufrago aventurándote entre sus enormes palmeras y en la densidad de su frondosa naturaleza.
La playa virgen de Palmilla está integrada en el Parque Nacional del Este, en una localidad llamada Bayahíbe que se encuentra justo enfrente de la concurridísima Isla Saona, que no está de más que visites (aunque habiendo visto La Palmilla ya no te sorprenderás tan fácilmente).
El clima de la zona es deliciosamente cálido, lo que hace que darse un baño en sus aguas no sólo sea un placer para la vista y para el alma sino también para tu cuerpo, que agradecerá las apacibles temperaturas templadas.
A pesar de todo, debes tener en cuenta que tratándose de un parque natural no todo pueden ser comodidades: aplícate una loción antimosquitos si no quieres que te avasallen y lleva chanclas si las algas te resultan desagradables. A pesar de esto, ¡La Palmilla te encantará!