Panamá es conocido por sus preciosas costas de aguas turquesa y arena suave y blanca, por las que muchísimos turistas viajan en busca de sol y relax durante todo el año.
Si ya en sí podríamos decir que todas sus playas son paradisíacas, algunas de ellas son incluso más especiales. Es el caso de la Playa de las Estrellas, en la provincia de Boca del Toro, en la Isla Bocas (también conocida como Isla Colón).
Su nombre tiene una explicación
El nombre de esta playa panameña no proviene del precioso cielo nocturno estrellado del que podrás disfrutar por las noches, sino de las preciosas estrellas que también podrás contemplar durante todo el día: las marinas, y es que en sus aguas podrás ver cientos de ellas.
Grandes, pequeñas, rojas, naranjas, amarillas… hay machísimas variedades bellísimas a las que podrás tocar, analizar bien de cerca y jugar con ellas siempre y cuando no las extraigas demasiado tiempo del agua, pues estarías poniendo en riesgo su vida (sólo aguantan unos segundos fuera del agua).
Las estrellas son uno de los puntos fuertes de la playa, pero también podrás contemplar su bellísima flora y fauna marina haciendo snorkel en sus transparentes aguas o disfrutar de la jungla más verde y de sus curiosas especies animales dando un paseo por la zona colindante a la playa, un conjunto espectacular que muchos se mueren por contemplar.
Además, las aguas son tranquilas y el ambiente general es relajado, por lo que es perfecto si lo que quieres es disfrutar de la costa en estado natural sin perder el agradable ambiente que proporciona estar también rodeado por otras personas.
Para llegar allí puedes tanto por mar como por carretera, aunque por supuesto te recomendamos la primera opción.
La población de la Isla de Bocas es un lugar entrañable, con rústicas calles sin asfaltar y encantadoras casitas de madera pintadas en muy diversos colores en una atmósfera familiar y amigable, en que además podrás encontrar hoteles de todo tipo. Entre ellos, las elegantes mansiones de los turistas más ricos que establecieron allí sus casas de verano se han convertido en lujosos hoteles que ofrecen increíbles vistas al mar.