Si hay una isla enigmática y con una magia especial en el Mediterráneo es Formentera. A pesar de su reducido tamaño, alberga diferentes playas. Todas tienen su atractivo, pero hay una que es muy, muy especial. Se trata de Ses Illetes. Considerada como una de las playas más bellas del mundo, su principal característica es su particular paisaje que es una clara muestra de la costa de Formentera.
La playa
Ses Illetes está situada dentro del Parque Natural de Ses Salines de Eivissa y Formentera. Sus más de 450 metros de playa ocupan una buena parte de la península de Es Trucadors, el extremo norte de esta isla balear.
Es curioso ver cómo la playa queda dividida en dos por una pequeña zona rocosa localizada en medio. Precisamente, su nombre hace alusión a los varios islotes desplegados frente a esta costa, conocidos como Illa de Tramontana, Illa des Forn, Escull des Pou, Illa Redona y Escull d’en Palla.
Estos islotes, que le dan un carácter diferente a la playa, son uno de los puntos diferenciales de esta playa, conocida a su vez por las aguas tranquilas, poco profundas y de colores turquesa. Además, la arena en la orilla es blanca. Todo ello hace que Ses Illetes se considere todo un auténtico paisaje paradisíaco.
Las inmediaciones son también curiosas. Además, están muy cuidadas por ser un parque natural. Merece la pena ver las dunas dentro de un entorno en el que hay pasarelas de acceso y zonas específicas para estacionar sin que se produzca impacto en el terreno.
La playa cuenta con diversos servicios como restaurantes en la zona. Y, aunque inicialmente no parece apta para familias, sí lo es porque es segura para los niños, aparte de por las prestaciones en la zona específicas para los más pequeños. Otra de sus ventajas es que es una playa que permite estar en la arena sin problemas, aunque a veces suele estar bastante concurrida.