Como ya te hemos comentado en numerosas ocasiones, la Costa Brava está repleta de playas hermosas, aunque debes tener en cuenta que la mayoría de ellas hace mucho que dejaron de ser vírgenes. Eso sí, aunque podrás encontrar instalaciones en algunas de ellas, no han perdido su belleza natural.
Aunque son la minoría, en este precioso rincón catalán también es posible encontrar algunos arenales salvajes. ¡Hoy te mostramos cuatro de los mejores! ¿Te gustaría acompañarnos?
Cala Estreta
En primer lugar, queremos hablar de Cala Estreta, una de las calas más recónditas de toda la Costa Brava. Situada en Palamós, destaca por su alto valor natural y paisajístico. La cala está dividida en dos por un saliente de roca y no alberga ni una sola construcción.
Cala Taballera
En El Port de la Selva encontramos Cala Taballera (o Cala Tavallera), una preciosa playa ubicada en el Cap de Creus. Para llegar a ella hace falta andar unas dos horas pero la recompensa vale la pena, ya que estamos hablando e una cala virgen de aguas poco profundas rodeada de un maravilloso entorno natural.
Gola del Ter
No podria faltar en esta lista la playa de la Gola del Ter, también conocida como Playa de la Fonollera. Se encuentra en Torroella de Montgrí, y ofrece uno de los parajes más tranquilos de la Costa Brava. Es importante que tengas en cuenta que esta larga playa de arena fina y dorada tiene un enorme interés geológico.
Cala Sa Futadera
Como no podía ser de otra manera, también vamos a hablar de Cala Sa Futadera, una playa completamente virgen que se encuentra en la carretera que une Tossa de Mar con Sant Feliu de Guíxols. Aquí encontrarás aguas cristalinas, rocas y bosque de pinos. Además, desde lo alto del acantilado podrás contemplar unas vistas maravillosas.
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