Para muchos Ibiza es el paraíso. Es una isla perfecta para desconectar, aunque no todo el mundo opina lo mismo. Los hay que prefieren disfrutar de su noche, del ambiente que se organiza en torno a bares y discotecas hasta altas horas de la madrugada. Sea como sea, a todos nos gusta disfrutar del día en sus bonitas playas, que por cierto no son pocas.
En este artículo propongo cinco que a mí personalmente me encantan. Puede que Ibiza no tenga arenales tan espectaculares como Menorca, pero estoy seguro de que más de uno te va a sorprender muy gratamente.
Cala Comte
También conocida como Cala Conta, esta playa situada al oeste de la isla es de obligada visita por sus increíbles aguas de color azul turquesa. Por eso y por las vistas privilegiadas de uno de los islotes que descansan a escasos metros de la costa. Hay servicio de hamacas y sombrillas, duchas, soccorista, acceso para minusválidos, baños, chiringuitos y restaurantes.
Si hay que achacarle algo, es lo que se le suele achacar a cualquier playa popular en las Islas Baleares: su masificación. En los meses de verano resulta muy complicado poner la toalla en la arena a menos que se madrugue considerablemente. Sus 800 metros de largo por 25 de ancho se quedan pequeños en los meses de julio y agosto.
Cala Xarraca
Esta cala está ubicada al norte de Ibiza y se caracteriza por ser bastante tranquila. La visitan muchos aficionados al buceo que quieren disfrutar de sus aguas cristalinas, pero también quienes practican nudismo. Hay un pequeño rincón en el que suele ser habitual ver a personas tomando el sol como Dios las trajo al mundo.
En Cala Xarraca también hay un pequeño islote al que se puede llegar nadando sin mucho esfuerzo. Si te gusta el snorkel, aprovecha para ponerte las gafas y el tubo porque te vas a divertir. Sus aguas son tranquilas y es habitual ver varias especies de peces merodeando a pocos metros de la orilla.
Cala Bassa
También está ubicada en el oeste, muy cerca de Cala Comte, y suele llenarse en los meses de verano. Es de fácil acceso y los aparcamientos son generosos. Su bosque de viejas sabinas es uno de los grandes atractivos de Cala Bassa, como también lo son sus aguas y una arena suave como pocas. Mide unos 300 metros de largo y 30 de ancho.
Hay bares, restaurantes, socorrista, baños, duchas, servicio de hamacas y sombrillas… Lo tiene todo para disfrutar de una apacible jornada de sol y playa cerca de San Antonio (está a 15 minutos en coche).
Cala Tarida
Es una cala muy popular entre las familias que visitan Ibiza. Lo es por ser la más larga y ancha de la franja oeste, pero también por lo bonita que se ve con el agua azul turquesa completamente limpia. Al norte de la playa hay pequeñas calas para huir del bullicio que suele reinar durante los meses de verano.
Desde San José se llega en unos 10 minutos, mientras que desde San Antonio hay que emplear un cuarto de hora. Merece la pena porque sus 900 metros cuadrados de longitud se disfrutan en el agua y fuera de ella.
Sa Caleta
Esta playa no es ni mucho menos de las más grandes de la isla blanca. Todo lo contrario. Es una playa preciosa de unos 100 metros de largo por 10 de ancho. Lo es por las piedras y la arena de color rojizo que te envuelven desde el primer momento. Sus escarpados acantilados resguardan a los visitantes, que pierden la noción del tiempo disfrutando del sol y de sus aguas, que como puedes ver en la imagen que se muestra sobre estas líneas son cristalinas.
Está bastante cerca del aeropuerto. Se puede llegar en 10 minutos en coche desde Playa d’en Bossa.
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