Aunque no estemos demasiado acostumbrados a ello, lo cierto es que a veces las playas esconden algo más allá de su pacífica aura, sus increíbles vistas o sus magníficas condiciones naturales… Esconden historia, esconden cultura.
Es el caso de la hermosa playa del Naufragio, una pequeña cala ubicada en una de las impresionantes islas Griegas llamada Zakynthos.
Si no fuera porque hay algo que la hace muy especial serían sus aguas color turquesa, su finísima arena blanca o los altos e imponentes acantilados rocosos sobre el mar los que se llevarían todo el protagonismo, y es que desde luego todo lo anterior ya es más que suficiente para considerarla un lugar para no olvidar.
Pero, ¿qué es eso tan especial? Ni más ni menos que un enorme buque de carga responsable del curioso nombre de la playa, que probablemente ya te hubieses planteado.
Según cuenta la historia, allá en la década de los 70 las autoridades griegas detectaron un barco de contrabando y comenzaron una persecución por todo el mar Jónico para detenerlo. Dicho buque quiso buscar refugio entre los acantilados de la isla de Zakynthos, con la mala suerte de que el mal tiempo lo llevase a parar directamente a la arena, donde todavía podemos encontrarlo.
A día de hoy el enorme barco oxidado por el sol es un atractivo imprescindible en la isla, un punto de interés turístico de lo más curioso y peculiar donde evidentemente todo el mundo que la visita tiene una foto.
Lo mejor (o lo peor, según se mire) es que la situación geográfica de esta hermosa playa la convierte en un lugar aislado y reservado solamente a aquellas personas que van especialmente a buscarla en barco desde Porto Vromi, desde Saunt Nikolas o desde el puerto de Zakynthos.