Viajar a la República Dominicana es viajar al reencuentro con la naturaleza más virgen, a conocer las bahías más bellas y a disfrutar de increíbles parajes que pocas veces en la vida volveremos a ver.
Ubicada en la península de Samaná, la playa del Frontón es uno de estos lugares espectaculares encerrados entre el mar, el cielo y los acantilados. Por eso, cuando visites el Frontón vas a descubrir una playa que parecía estar esperándote tranquila, solitaria, para que sólo tú disfrutes de ella con todos tus sentidos: el tacto de la suave arena, el olor de la brisa marina, el sonido de las olas del mar nadando sobre la arena… Es un lugar que simplemente no podrás olvidar, aunque, por si no fuera así, ¡seguro que tomas miles de fotos!
Se trata de la típica imagen de postal a la que todos hemos soñado con llegar alguna vez, con suavísima arena blanca bañada por las aguas más puras y rodeada por una selva de cocoteros, palmeras y cientos de especies vegetales (animales también) dando al lugar el aspecto más tropical.
Hay dos cosas que no puedes olvidar si la visitas: tu cámara de fotos (que ya antes te recomendábamos llevar encima)y tu equipo de snorkelling, pues no encontrarás aguas más cristalinas que te permitan conocer el mar en todo su esplendor.
Precisamente su difícil acceso es lo que hace que esta preciosa bahía esté prácticamente despoblada, pues sólo podrás acceder a ella con un barco desde la playa de Las Galeras o a través de una ruta de más de dos quilómetros en la jungla, opción sólo recomendada para los más aventureros acompañados, por supuesto, por un profesional que conozca la zona.
Prepara comida y abundante bebida para pasar allí el día, porque podrás encontrar un sólo chiringuito, ‘El Tiburón’.