En Estados Unidos se las conoce como OBX: son las Outer Banks, palabras que en castellano se traducirían como “bancos» u «orillas» exteriores. Se trata de una cadena de islas que cubren la mitad de la costa de Carolina del Norte, y cuyas playas son habituales en las listas de “mejores playas” de los Estados Unidos de América.
Las Outer Banks tienen magníficas playas, es cierto; pero también tienen historia, leyendas y mucha naturaleza por descubrir. Este paraíso de tranquilidad atrae cada año a miles de turistas, muy especialmente amantes del windsurf, la naturaleza y la pesca.
Misteriosas desapariciones
En estas islas sucedieron acontecimientos históricos de los que los norteamericanos se sienten especialmente orgullosos. Sin ir más lejos, aquí fue donde los hermanos Wright volaron en globo por primera vez… Pero también donde el famoso pirata Barbanegra libró su última batalla. Las Outer Bank fueron también el enclave donde se asentó la primera colonia llegada de Inglaterra, de la cual más de cien colonos desaparecieron sin dejar rastro, creando la leyenda de la Colonia Perdida.
Faros y reservas naturales
Y ahora, a lo nuestro: las playas. Cada isla tiene su propio encanto particular: en las islas del sur se suceden los faros antiguos, las dunas salvajes y las playas escondidas, mientras que las del norte son más familiares y turísticas. En total son más de 140 kilómetros de playas, pertenecientes a una serie de islas de forma longitudinal que crean un arrecife frente a la costa este de Carolina del Norte. Muchos norteamericanos consideran estas playas las mejores de la Costa Este con diferencia… Y no es de extrañar. Su belleza y la gran variedad de atractivos que ofertan, como el Cabo Hatteras con su altísimo faro o la reserva nacional que protege alrededor de 120 kilómetros de costa, son motivos más que suficientes para visitarlas.