Si la pisas aunque sea una vez en la vida, puedes estar seguro de que no la olvidarás. Si te bañas en sus aguas, ya nunca un baño te sentará igual de bien.
La playa de Whitehaven, en las islas Whitesunday, (Australia) es un paraje natural cuya belleza difícilmente puede ser descrita con palabras.
Tiene todos los ingredientes para seducir al turista
De finísima arena blanca y transparente agua turquesa de temperatura templada, esta playa de casi seis kilómetros queda enmarcada por un denso bosque tropical que le da ese aspecto de lugar salvaje e inexplorado por el hombre. Desde la playa apreciamos pequeñas islas de arena blanca que rodean a ésta, más grande.
La playa no tiene abundante presencia humana, si no tenemos en cuenta los eventuales cruceristas curiosos que sueñan con disfrutar de la playa aunque sea por unos minutos. Sin embargo, cerca de la zona sí que podemos encontrar algunos hoteles y restaurantes. Cuando los visitantes se marchan, la playa vuelve a quedarse prácticamente desierta, con la única compañía de sus árboles, flores y animales.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. El mar de esta playa está plagado por unas peligrosas medusas llamadas ‘Box Jellifish’, por lo que hay que andarse con cuidado si queremos entrar en zonas más profundas y es prácticamente obligatorio protegerse con un traje de neopreno, que no tiene porqué quitar encanto a nuestro baño.
Para gozar de estas maravillosas aguas y de su flora y fauna marina, podemos practicar buceo entre tortugas, peces multicolores, algún que otro delfín y, desgraciadamente, medusas.
El pasado año Whitehaven consiguió posicionarse como una de las mejores playas del mundo según el prestigioso diario ‘The Guardian’, del mismo modo que otras playas como las de las españolas Islas Cíes (que quedaron en primer lugar) o la playa de Tayrona, en Colombia, de las que ya te hablamos en anteriores ocasiones.