Muchos pensaréis que Japón es un país en el que lo más turístico son sus modernísimas ciudades, sobre todo Tokio, y la vida que en ellas se respira. O tal vez sus milenarios rituales, como la ceremonia del té… Sin menoscabo de estas cosas, hay que decir que en el país del sol naciente también hay playas que quitan la respiración.
Y es que Japón es una isla, y en su territorio se incluyen muchos otros pequeños archipiélagos de belleza sin igual. Es el caso de las Islas Ogasawara, también conocidas como Islas Bonin y que son Patrimonio Natural de la Humanidad.
25 horas de viaje en barco
Conocidas como las “Galápagos de Oriente” por su espectacular belleza natural, gran parte de su encanto se debe a que son unas islas relativamente desconocidas. Para llegar a ellas cubrir un trayecto en barco que parte de la Bahía de Tokio y tarda unas 25 horas en llegar al archipiélago. Una vez allí, descubriréis que el viaje ha merecido la pena: es el momento de empezar a caminar para recorrer los parajes desérticos y prácticamente salvajes de estas maravillosas islas. Y por supuesto, de bucear y nadar, y descansar al sol sobre su arena dorada.
Acantilados y playas
El archipiélago de las Ogasawara lo forman unas treinta islas de distintos tamaños y se encuentra en el Océano Pacífico, al sur de las Islas Izu. Las islas principales son Muko-jima, Chichi-jima and Haha-jima, y todas ellas forman parte del Parque Nacional Ogasawara y de la Reserva Marina Ogasawara-kaichu-koen. Al llegar al Puerto Futami, que forma parte de Chichi-jima (la más importante de las islas), el viajero queda admirado ante los enormes acantilados erosionados por las olas que rodean la isla, y que están acompañados por playas tan bellas como las que podéis ver en estas fotografías.