La idílica Cala Bona en Tossa de Mar


Hoy queremos seguir recorriendo nuestras costas, ¿te apetece? En España tenemos la suerte de contar con algunas de las mejores playas del mundo, pudiendo disfrutar del sol, la arena y las aguas cristalinas sin necesidad de recorrer miles de kilómetros.

Uno de los lugares donde seguramente se encuentren algunas de las playas más bellas del país es la Costa Brava, con pueblos tan alucinantes como Cadaqués, l’Estartit, Roses o Tossa de Mar. Allí es donde queremos trasladarnos hoy, concretamente a Cala Bona, una pequeña playa de arena situada a tres kilómetros al norte de la localidad. Se trata de uno de los pocos lugares donde los árboles y la vegetación llegan a la orilla del mar. ¿Quieres conocer un poco más sobre este maravilloso rincón?


Cala Bona serpentea desde el mar abierto durante 75 kilómetros hasta desembocar en un paisaje idílico de rocas y bosque de pinos que rodea una cala muy animada de 20 metros de longitud y 10 metros de ancho. Esto lo convierte en una cala ideal para practicar snorkel. Aunque no se trata de un lugar adecuado para tomar el sol, ya que apenas hay arena (está compuesta de rocas y guijarros), merece la pena visitarla.


El entorno de la playa está circundado por una pineda que llega hasta primera línea de mar. Para hacer más agradable el disfrute del verano, en temporada alta abre un pequeño bar de playa. Gracias a que no recibe muchos visitantes, el entorno se conserva prácticamente virgen. De hecho, se trata de una playa de ocupación baja en verano debido a que el acceso es bastante complicado y fatigoso: se debe recorrer un camino no trillado y resbaladizo de unos 5 minutos que presenta algunos tramos muy empinados. Los más privilegiados entrarán en barca, ya que se permite el fondeo.

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