No quedan muchos, pero aún hay algún que otro destino de playa relativamente remoto que todavía conserva un aire de asilamiento de la civilización, algo que desgraciadamente ya han perdido la mayoría de los destinos playeros.
Uno de estos lugares es la Ilha de Boipeba, o simplemente Boipeba, una isla donde encontrarás fabulosas playas vírgenes que configuran un escenario ideal para todo aquel que quiera aislarse del mundo. ¿Quieres conocer un poquito más sobre esta bella isla? ¡Pues atento!
Una tranquilidad absoluta
Boipeba forma parte del archipiélago de Tinhare, donde se encuentra el popular Morro de Sâo Paulo. Por la isla no circulan coches y, como puedes imaginar, la tranquilidad es absoluta. Por un lado está rodeada por el océano, mientras que por otro se encuentra el estuario del Rio do Inferno.
Una isla de gran valor natural
Como puedes observar en las fotografías, la isla se caracteriza por su particular belleza, aunque también por la biodiversidad de sus ecosistemas. De hecho, está integrada en Área de Preservaçao Ambiental das Illas de Tinharé e Boipeba. Además, debido a su patrimonio natural, la región fue reconocida por la Unesco como Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad. Su territorio presenta vegetación típica de la Mata Atlántica, con árboles frutales, varias especies de palmeras, restingas, arrecifes de coral y una de las mayores reservas de mangue (manglar) del país.
Cuándo ir a Boipeba
En Boipeba nunca hace frío: las mínimas no bajan de los 22 grados y las máximas siempre están en torno a los 30. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la estación de las lluvias va de abril a julio, con precipitaciones intensas y, aunque a veces pueden ser rápidas y pasajeras, en otras ocasiones puede llover ininterrumpidamente durante días. Por otro lado, de octubre a marzo disfrutarás de un agua transparente y de color azul verdoso. Sin embargo, durante el resto del año el agua pierde esas cualidades y suele estar agitada.
