Cabo Polonio es una playa uruguaya fuera de lo común, no sólo por lo especial de su paisaje sino también por el inigualable ambiente de relax que se vive en el pueblo gracias a la prácticamente nula explotación turística que ha llegado hasta allí.
Personalmente, nos alegramos de que así sea, porque el encanto de este pueblo radica básicamente en este punto: un entorno de consierables dunas de arena dorada lo convierten en un pequeño desierto con la diferencia de que, en este caso, hay muchísima agua a su alrededor.
El agua de su playa es clara, tranquila y muy limpia, algo que no nos extraña teniendo en cuenta que se trata de un lugar para los apenas 200 habitantes del pueblo y los pocos turistas que llegan cada año a ella.
Si buscas un lugar en el que desconectar del mundo, vivir unos días alejado de la tecnología y de los excesivos placeres occidentales para disfrutar de la esencia más pura de la naturaleza este es tu lugar, porque en el Cabo no existen las calles, la luz eléctrica o el agua potable, y sólo las casas más lujosas poseen paneles solares.
Realmente disfrutarás viendo como todo se establece alrededor de la naturaleza, tomando todo lo que ésta nos ofrece como alternativa para conseguir lo más necesario para vivir día a día.
En un lugar de estas características, puedes imaginarte cómo son sus gentes: gentiles, generosas y amables. Entre sus habitantes encontrarás viejos hippies, pescadores, ecologistas, autoexiliados, músicos, artesanos o alternativos, gracias a los que podrás disfrutar de improvisados conciertos de guitarra en la playa al atardecer o comer delicioso marisco recién pescado.
Para hospedarte allí no hay demasiadas opciones, aunque El Cabo cuenta con un par de posadas y una zona de acampada libre.