Que no goce de la misma popularidad que Cerdeña no significa que en Córcega no haya playas igual de bonitas o más que en la concurrida isla italiana. El problema tiene que ver con el precio de los billetes de avión y los hoteles, por no mencionar que en Cerdeña puedes comer por 10 euros por persona sin problemas y en Córcega te vas más bien a los 20 euros por cabeza.
Dicho esto, tendrás ganas de visitar la isla francesa después de ver su playa más bonita, que en mi opinión es la de Saleccia.
Todo lo contrario a una playa urbana
En muchos rankings verás que hablan de Palombaggia, que sin duda alguna es una de las mejores playas de Francia. Sin embargo, me he decantado por Saleccia por ser algo desértica, por estar rodeada de naturaleza y no querer saber nada de la gran ciudad. Eso explica que sea un lugar tranquilo que se mantiene alejado de las masificaciones.
No hay servicios
Como podrás imaginar, el hecho de que sea una playa virgen hace que no se ofrezca ningún tipo de servicio. No esperes encontrar duchas, lavabos o chiringuitos dispuestos a servirte un batido de limón. Lo que encontrarás es un paraíso de arena blanca y fina que te invita a un baño en sus aguas limpias y cristalinas, que vistas desde la distancia se muestran en varias tonalidades de azul prestándose para una foto.
Mar en calma, mente en calma
La playa mide un kilómetro de longitud, así que no es mala idea pasear por la orilla recorriéndola de lado a lado mientras escuchas el relajante sonido de las olas del mar. Después, cuando ya te hayas cansado de andar, puedes darte un baño y tumbarte en la toalla para proseguir con tu jornada anti estrés. No es un mal plan, ¿verdad?
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