En Playas Calas hemos hablado ya en otras ocasiones de Noja, la localidad costera de Cantabria que cuenta con algunas de las playas más bellas de nuestro país. Si bien en Noja es posible disfrutar con enormes arenales de aguas limpias y transparentes, y una arena tan fina que parece harina dorada, en su zona de acantilados hay también encantadoras calas con aguas transparentes donde se respira tranquilidad.
Las calas forman parte de una ruta conocida como Ruta de la Costa, flanqueada por bosquecillos de eucaliptos y pinos, donde se pueden encontrar unas cuantas sorpresas… ¿La recorremos?
Mejor, fuera de temporada
Aunque antes os hablaba de “tranquilidad”, la verdad es que solo es posible encontrarla fuera de temporada, ya que en los meses más cálidos Noja aumenta su población de forma exponencial. Es habitual encontrar paseantes recorriendo la Ruta de la Costa y tomando el sol o bañándose en sus calas. Sin embargo, mi consejo es que visitéis este precioso lugar en junio o septiembre, preferiblemente entre semana, y encontraréis un rincón bellísimo donde disfrutar a vuestras anchas del Cantábrico, en su acepción más amable y transparente.
Piscinas naturales y ruinas
Además de las calas que veis en la primera foto (y de las que aparecen en este espectacular vídeo sobre las playas de Noja), en la Ruta de la Costa también es posible encontrarse con un antiguo vivero abandonado que con la marea alta crea una piscina de agua marina donde darse un buen baño. Alguna construcción abandonada de la época de la Guerra Civil ameniza el recorrido, que también se beneficia de bellos acantilados, salientes rocosos donde pasan las horas los pescadores y magníficas vistas. En concreto, en la Ruta de la costa hay dos calas de arena fina unidas entre sí, con acceso mediante escaleras de piedra; y otra más pequeña de cantos rodados, perfecta para hacer esnórkel.
Si nunca habéis viajado a este precioso lugar, no dudéis en hacer una visita: lo agradeceréis.