Unas verdaderas vacaciones de relax y desconexión no podrían entenderse sin unos días fuera de casa, en un lugar aislado y fuera del mundo al que estamos tan acostumbrados.
Viajar a paradisíacas islas como la de Martinica, en pleno Mar Caribe, es sin duda la mejor opción. Aunque Fort de France se propone como capital de la isla, nosotros vamos a viajar hasta el extremo sur para mostraros la que podría ser una de las costas más encantadoras del mundo: Les Salines.
El litoral sur es el más recomendado para esas deseadas vacaciones de relax, y es que se trata de una de las zonas quizá menos urbanizadas de la isla… Les Salines es su mejor ejemplo, una hermosísima playa de fina arena blanca bañada en la orilla por unas aguas cristalinas color turquesa.
El entorno es también encantador, y es que a pesar de encontrar algunas edificaciones no faltarán las tradicionales palmeras y cocoteros o la verdísima vegetación. Eso sí, procura mantenerte bien alejado de los árboles venenosos que crecen junto a la playa, una especie conocida como Manchineel Trees (hippomane mancinella) que acostumbrará a estar marcada de rojo a modo de advertencia.
Detrás de la playa se encuentra el gran embalse de agua salada que da nombre a la misma, el Étang des Salines.
En los alrededores encontrarás buenos equipamientos y servicios, y es que como decíamos no se trata de una de esas islas caribeñas vírgenes sino de un lugar perfectamente pensado para el turismo.
Su origen y pertenencia a la República Francesa hacen que esta isla tenga un ambiente que combina lo mejor de Francia y el Caribe: ambiente vibrante, deliciosa gastronomía y buenos criterios de moda pero sin estreses, con música zouk de fondo y con una cultura propia que hará que logres desconectar de una manera muy europea.