Todos los que la visitan coinciden en que la Isla de Moorea es sin duda uno de los lugares de mayor belleza de todo el planeta. Sinceramente, para nada me extraña echando un vistazo a magníficas playas como la de la imagen, que por el momento yo sólo puedo soñar con visitar.
Un par o tres días en la isla te bastarán para explorar y disfrutar cada una de las magníficas bahías que ofrece esta isla de aspecto salvaje, aunque sin duda no servirán para que puedas decir eso de que una vez visitado un lugar ya no volverás, porque no podrás borrar de tu mente ni por un sólo momento la idílica imagen que se muestra a tu alrededor: largas bahías de suavísima arena blanca donde torrarte bajo el plácido sol del trópico frente a las más bellas vistas del mar de aguas coralinas , todo ello rodeado por el verde espesor de la naturaleza de esta isla volcánica.
Además, en Moorea disfrutar de un paisaje inigualable no está reñido con tener al alcance de la mano una perfecta oferta de ocio con cantidad de resorts, hoteles, restaurantes, pequeños comercios locales o puestecitos alternativos en los que poder comprar algún que otro recuerdo.
Entre otras maravillas, esta isla de la Polinesia Francesa tiene dos profundas bahías, la de Cook y la de Opunohu; la primera podría considerarse la más popular y concurrida de la isla, con un espectacular paisaje de playa rodeado por picos volcánicos y la pintoresca aldea de Pao Pao.
La Bahía de Opunohu está separada de la de Cook por el monte Rotui, y supone un lugar perfecto para desconectar gracias a un ambiente muchísimo más pacífico y menos turístico que la anterior y con un mantenimiento inigualable del entorno natural.
Llegar al paraíso en Moorea puede no ser demasiado difícil, aunque sin duda sí que será caro… Ya sabes, ¡ve ahorrando para este verano!