Lanzarote dispone de maravillosas playas que sin duda sería un completo error no visitar. Ya vimos algunas como la playa de Las Conchas o la de El Papagayo, y hoy toca el turno de la que se ha consolidado como uno de los principales enclaves turísticos de la isla: Playa Blanca.
A pesar de su nombre, la playa dispone en realidad de una suavísima arena de un dorado oscuro bañada por unas claras aguas color celeste que constituyen uno de los grandes reclamos de la zona.