Cuando uno habla de playas portuguesas suele fijarse en el sur, que es donde se sitúa la zona del Algarve. Es la más popular de todas con diferencia, pero eso no significa que en otras partes del país no podamos encontrar arenales tan espectaculares como el que nos ocupa en este artículo.
Praia da Adraga, situada a menos de una hora de distancia de Lisboa, lo tiene todo para ofrecerte una jornada de diversión y relax. Es una de las mejores playas de Portugal con diferencia, así que si vas a visitar la capital te recomiendo que te desplaces hasta la costa para disfrutar de su belleza.
Pasear es un buen plan
En verano es una de las más frecuentadas por motivos evidentes, mientras que en invierno también es capaz de atraer a los lugareños por lo recomendable que es darse un paseo por la orilla.
Cuenta la leyenda…
Tendrás la sensación de estar en una playa prácticamente virgen que destaca por su paisaje de postal, con unas rocas esculpidas por el mar que se dejan ver en toda su extensión. Tal vez por ello dicen que la última reina de Portugal pedía que se prohibiera el acceso desde Almoçageme cuando le apetecía ir allí con su amante.
¿Cómo acceder?
Se puede acceder a ella a través de la carretera del pueblo que acabo de mencionar, teniendo la posibilidad de coger un bus desde Sintra (tienes que caminar unos 20 minutos hasta llegar a la lpaya). Cuando llegas a la ubicación exacta puedes dejar el coche aparcado en un parking que termina donde empieza el único restaurante del lugar, donde por cierto sirven unos platos de marisco y pescado que no deberías perderte.
Todavía hay más
¿Más atractivos? El de sus grutas y túneles, que hacen que tenga su punto de misterio. Además, también hay que decir que al sur de Praia da Adraga está la Pedra do Juízo (Piedra de la Resurrección), que por lo visto ponía a prueba la valentía de los jóvenes que decidían subir y bajar por ella, ya que arriesgaban su integridad física.
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